Con el ánimo de presentar la obra, y con el riesgo como bandera, uno exprime todo lo aprendido para no emplearlo, y saltarse muchas de las normas que respetaría en un, llamémosles así, encargo, y aquí por carecer de muchos condicionantes como por ejemplo un presupuesto, hace que no tengamos nada que perder y mucho que ganar.
Una historia que se lee mejor a nivel visual, que argumental o literal, donde los cambios de color son razgos fundamentales para entender la historia. Unido a una cámara en continuo movimiento, muy expresiva, que denota que hay alguien detrás que quiere decir algo.
Compartía pantalla con dos grandes directores, Daniel león Lacave, y Josep Vilageliu, ambos con amplio repertorio de cortometrajes en sus filmotecas. Una semana antes no las tenía todas conmigo, y gracias a la ayuda de Daniel y David Delgado, me encaminaron a perfilar detalles técnicos de última hora. Compartir pantalla con Daniel, es todo un reto, ya que admiro su manera de trabajar, y la facilidad que tiene para transmitir y hacer llegar sus sentimientos al espectador. A parte de su capacidad rápida y sencilla de crear, con medios técnicos bastantes ajustados, menos de los que yo pensaba, y que se ven traducidos en grandes trabajos. Josep lo conocía algo menos, a pesar de ser un veterano en esto del cine. Había visto sus tres trabajos anteriores, y este titulado Rondó, el cual yo califico de exquisito, estimulando todos los sentidos en cada plano al que lo está admirando, incluso hasta el olfato, parece oler a naturaleza, o te imaginas en muchas ocasiones como tendría que oler .
"A lo hecho pecho”, sabía que no era una historia fácil de enterder, o por lo menos, una estructura convencional cinematográficamente hablando. Lenguaje audiovisual complejo para el que no está habituado a consumir cierto cine contemporáneo. Tirarme a la piscina era lo único que me quedaba.
Los actores, semanas antes, me pedían ver el metraje, que nunca fueron puesto en conocimiento como iba a ir encaminado, ya que el rodaje se hacía de manera inconexa. A esto le unimos gran libertar creativa a la hora del montaje, donde la estructura inicial sigue caminos diferentes, siendo aún más complicado averiguar el enigma. Todo un juego diabólico para los cinéfilos más puristas.
Finalmente, el resultado fue sorprendente, el público que asistía al CICCA el 5 de marzo de 2012, parecía ser el adecuado, las felicitaciones o puntualizaciones concretas sobre la trama, así lo corroboraban, y nuevamente la satisfacción de abrir aún más, mi discurso personal y creativo. Parecía, a posteriori, correcta la decisión de tomar ese camino y esos riesgos narrativos.
Algunas críticas en alguna plataforma así lo afirmaban, realmente hay gente al que le es familiar cierto lenguaje, y me anima a pensar que, sobre todo, no estaba solo.
"Adrián González Barreto explora también en Silvia el cosmos de la pareja pero desde una perspectiva sobrenatural. Ya comenté antes que su corto transcurre en apenas una habitación que podría ser antesala del purgatorio, pero captura la atención porque pone al servicio de su historia una realización que contribuye a reforzar un relato que en clave poética termina, entiendo, como una condena." Una Critica By Eduardo García Rojas.
Luego tocó el turno en TEA Tenerife Espacio de Las Artes, donde nos desplazábamos para presentar el Cortometraje. Allí tuve la suerte de presentar dos años atrás mi anterior trabajo, “litio”, junto a Daniel y Josep también en esa ocasión , estreno que por aquel entonces no pude asistir. Allí, el público parecía no tener ese gancho con el visual, aunque el interés al final de la proyección, por algunos presentes, dió atisbos de análisis por la forma de encaminar una historia, tan ambigua como agobiante en su desenlace. Las palabras del maestro e ídolo local de la noche en Tenerife, me bastaron para tomar nota y continuar empeñado en hacer cine en las islas.
“Adrián González, en cambio, aterriza y no se lo cree con lo del Cine leve y presenta "Silvia", un ejercicio de estilo que le ayuda a desentumecer los músculos creativos en su trabajo como publicista gráfico (así lo cuenta en la presentación). Para ello mezcla texturas, planos desenfocados, planos en blanco y negro y planos en blanco y negro que de repente adquieren color, poniendo en escena un triángulo trágico cuyo desenlace despeja las incógnitas de los diversos planos narrativos que se suceden. Se nota, quizás demasiado, su procedencia como director de fotografía, por encima de una dirección de actores que adolece de credibilidad, quizás por no haberles dedicado la misma atención que a la composición de los planos. Los planos de la playa son hermosos y retrata a sus actores con mimo y preciosismo.” Josep Vilageliu.
Muchas son los agradecimientos que he de dar, a todo mi equipo artístico, principalmente a Acerina Cruz y Rubén Sastre, por volcarse en este delirio. Acerina lo hacía por segunda vez. A Dara Abrante por ser la mano derecha en todo proyecto, sin ella nada sería posible. A Davinia y a Rubén, por dejarnos poner "patas arriba" su casa. Y a Juan Carlos Ortega por su talento musical y visión cinematográfica. Al CCICA y al TEA, y sus caras visibles, que nos ayudaron en todo lo que estuvo en sus manos, como Pipi, técnico del CICCA, y Emilio Ramal, coordinador del TEA.
Solo queda analizar, sumar y avanzar.